En nuestro país los desastres naturales son una amenaza latente para las propiedades. El terremoto del 16 de abril, que afectó principalmente a las provincias de Esmeraldas y Manabí, supuso para el sector asegurador pagos hasta la fecha por 422 millones en la atención de un poco más de 35 mil reclamos de siniestros. Se calcula que el impacto total para las aseguradoras podría llegar a los 575 millones, según la Federación de Compañías de Seguros del Ecuador.
Según el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, 70.080 edificaciones sufrieron daños. La mayoría ubicadas en las provincias de Manabí (94%) y Esmeraldas (3.30%). La diferencia está distribuida en el resto del país.
En su gran mayoría los daños en las edificaciones se produjeron por no ser viviendas sismo resistentes, construidas con columnas, vigas y losas sin la capacidad de soportar cargas horizontales y verticales; por a la mala calidad de los materiales de construcción y a la falta de asesoramiento profesional. Incumpliendo con esto a la Norma Ecuatoriana de Construcción (NEC) que define parámetros técnicos de calidad y seguridad.
Debemos mencionar que en nuestro país existe una cultura reactiva a la contratación de pólizas de seguros que amparen riesgos catastróficos. Esto se pudo notar en el año 2015, con la activación de la alerta por la posible erupción del volcán Cotopaxi, que por unos meses disparó la demanda. Este mismo fenómeno ocurrió después del terremoto del año pasado y sus consecuentes réplicas. Fuera de estos eventos reactivos, la contratación del seguro voluntario para bienes inmuebles es generalmente baja y una buena parte proviene de las operaciones de créditos hipotecarios que otorga el sistema financiero.
Desde hace muchos años, se han puesto en el mercado productos Multiriesgo de propiedad, diseñados para amparar los riesgos que puedan afectar al segmento de casa/habitación y a los negocios de la pequeña y mediana industria (PYMES). Los mismos que han sufrido cambios durante este tiempo, evolucionando y adaptándose a las necesidades del mercado y las nuevas formas de cotizar y contratar. En este aspecto, predominan los avances tecnológicos como por ejemplo, la emisión de productos empaquetados en línea (e-póliza) y en puntos de venta internos y externos.
Seguros para hogar.
Sabemos que proteger el hogar es cuidar a la familia y por eso, en el país se ofrecen productos que amparan la vivienda, tanto en su construcción física y/o su contenido. Los altos niveles de delincuencia, aunado a la exposición de fenómenos naturales tales como sismos, tormentas, inundaciones entre otros, hacen muy importante estar protegidos ante riesgos potenciales y más aún si estos pueden llegar a afectar el patrimonio familiar que tanto esfuerzo lleva constituir. Adicional, al contratar un seguro de este tipo, el cliente recibe apoyo y asesoría ante los diferentes trámites o reclamaciones, sin ningún incremento en el coste de la póliza. La cobertura generalmente es bastante amplia y entre otros eventos, se amparan las afectaciones por:
Incendio y líneas aliadas. Cubriendo: daños por explosión, terremoto, temblor y erupción volcánica. Daños por agua en lluvia e inundación, inclusive daños por granizadas. Colapsos, huelgas, motines, asonadas, conmoción civil y actos malintencionados de terceros.
Robo. Cubriendo a primer riesgo absoluto. Brinda cobertura en robo y/o asalto incluyendo amenaza a las personas y también el hurto.
Responsabilidad civil. Con indemnizaciones por las reclamaciones que el asegurado se vea obligado legalmente a pagar, como consecuencia de lesiones corporales y/o daños a bienes de terceros. Así como también predios, labores y operaciones, incluyendo incendio y explosión.
Adicionalmente estas pólizas incluyen cobertura para protección todo riesgo de equipo electrónico, coberturas en accidentes personales y se complementa los beneficios con servicios de asistencia domiciliaria gratuita.
Seguros para pymes:
Tras sufrir un siniestro grave, en nuestro país ocho de cada diez pymes se encuentran sin seguro. Los robos, incendios e inundaciones son daños que pueden obligar al cierre de una empresa. Sin embargo, cada día existe más consciencia que estos riesgos pueden hacer tambalear la estabilidad de un negocio.
Los grandes negocios están expuestos a las mismas amenazas que las pequeñas empresas y en esa línea es importante contar con la protección adecuada, que minimice las consecuencias negativas de un siniestro y eviten la paralización de la actividad. Los seguros de daños patrimoniales, responsabilidad civil general y accidentes son los más contratados. Sin embargo, las pymes se están concienciando de que existen coberturas para la disminución del volumen de negocio, protección de datos, perjuicios medioambientales, responsabilidad civil para directores o administradores y ataques informáticos que pueden conducir a una paralización total o parcial de la actividad.
En función de la actividad que desarrolle la pyme necesita una cobertura específica para determinados riesgos. Por ejemplo, un restaurante requeriría una cobertura de responsabilidad civil; una metalmecánica un seguro de accidentes personales y fidelidad; locales comerciales o distribuidoras de productos, requieren coberturas de responsabilidad civil, ambiental, fidelidad y robo con coberturas específicas.
Por eso se han diseñado una gran variedad de productos que protegen a los diferentes tipos de negocios, ya sea que en este se realicen o no procesos industriales y que ofrecen múltiples coberturas:
Todo riesgo incendio. Al igual que el seguro para viviendas, da cobertura tanto a la edificación como al contenido en: terremotos, temblores y erupciones volcánicas. Daños por agua en lluvias, inundaciones, maremotos y granizadas. Huelgas, motines, asonadas, conmoción civil, actos malintencionados de terceros y explosiones. Robos, hurtos, responsabilidad civil, equipo electrónico, accidentes personales, entre otros.
En los productos para pymes, destaca la cobertura de fidelidad privada, que cubre el perjuicio económico comprobable que sufra el asegurado como consecuencia de hechos punibles, como: robo, hurto, abuso de confianza, estafa, fraude, desfalco y falsedad o falsificación de documentos en que incurra el empleado a su servicio actuando solo o en complicidad con otros.
Es importante seguir trabajando como aseguradoras para comunicar y educar a nuestro mercado sobre la importancia, y en especial, sobre los grandes beneficios que conlleva contar con un seguro que ofrezca coberturas para proteger el patrimonio y que sobre todo ayuden a garantizar la continuidad del negocio en caso de un siniestro.
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